Coase realiza una crítica a lo que la profesión entendía por aquella época de sistema económico. Sir Arthur Salter definía al sistema económico de la siguiente manera: "El sistema económico normal funciona solo. Para sus operaciones corrientes está bajo ningún control central, no necesita un mapeo central. Sobre todo el rango de la actividad y necesidad humana, la oferta se ajusta a la demanda y la producción al consumo, a través de un proceso que es automático, elástico y sensible". El problema de Coase con esta teoría es que asume que la dirección de los recursos depende directamente en el sistema de precios. En la teoría, los factores de producción se mueven debido a cambios en los precios, el sistema de precios resuelve automáticamente la correcta asignación de recursos. El problema con la teoría es que muchas veces se encuentra alejada de la realidad. En una tienda un trabajador se mueve de Y a X, no por un cambio en los precios relativos, sino porque se lo ordenaron. Con este ejemplo Coase quiere ilustrar como la asignación de recursos no depende directamente del sistema de precios. En la economía real que vivimos, los factores de producción se trasladan simplemente porque alguien, desde una posición de planificador central dentro de la firma, ejecutó la orden para que así se hiciera.
En otras palabras. "Afuera de la firma los cambios en los precios dirigen la producción, esta es coordinada a través de distintas transacciones dentro del mercado. Por el contrario, dentro de la firma, estas transacciones de mercado son eliminadas y en el lugar de una complicada estructura de mercado con transacciones de intercambio aparece la coordinación empresarial, quien dirige la producción".
Coase se pregunta, y esta es la cuestión fundamental del artículo, si el sistema de precios es el que dirige la producción ¿por qué es necesaria la organización empresarial en la forma de una firma? Esta relación entre la asignación de recursos dentro de la firma y afuera de la misma será la cuestión fundamental del artículo, ya que tampoco se puede asumir que las decisiones que toma el planificador dentro de la firma no tienen en cuenta el sistema de precios que regula la economía en su conjunto. Básicamente el artículo busca cerrar el hueco que la literatura económica tenía en su momento sobre el supuesto que la producción es asignada a través del sistema de precios y el otro supuesto que afirma, que en determinadas circunstancias, la producción es asignada a través de planificación dentro de la firma.
¿Cuál es la razón para que exista una firma si el sistema de precios dirige la producción? Coase da una simple y profunda respuesta a esta pregunta: existe un costo en usar el sistema de precios. El costo más obvio de usar el sistema de precios es descubrir cuáles son los precios. Este costo podría parecer trivial en muchos casos tales como averiguar el precio de un zapato estándar, pero en otros casos no lo es para nada. Quizá el costo de utilizar el sistema de precios para contratar personas para que limpien la firma es grande ya que no tengo claro con qué frecuencia necesitaré de sus servicios, y por lo tanto no tengo claro cuál es el precio por el servicio de estos limpiadores, es por esto que la firma prefiere simplemente contratarlas y no utilizar el sistema de precios ya que es muy costoso hacerlo. Lo mismo se puede decir para una fábrica de autos, por qué muchas de estas fábricas tienen gran parte de la construcción del auto dentro de la misma fábrica, y por la misma razón que el caso de las limpiadoras, utilizar el sistema de precios es muy costoso, ya sea porque no puedo saber a ciencia cierta el precio de determinadas partes, o porque se quiere tener una estabilidad a largo plazo que no dependa de las fluctuaciones del mercado, o simplemente porque el tiempo y dinero que requiere utilizar el sistema de precios cada vez que quiero construir un auto es demasiado grande, en cualquier caso, la fábrica termina produciendo la mayor parte del auto dentro de la propia firma porque utilizar el sistema de precios es costoso. Es decir, a través de la organización empresarial dentro de la firma, que dirige los recursos sin utilizar el sistema de precios, se ahorran costos.
Estos costos de los cuales habla Coase son los llamados costos de transacción. Los economistas les encanta asumir que estos costos son cercanos a cero, cuando en realidad están lejos de serlos. Es más, debido a que estos son muchas veces los suficientemente altos, es que existen las firmas!
Esta particular importante idea tiene implicancias hasta para la determinación del tamaño de una empresa. Uno se puede preguntar, ¿por qué toda la producción no es simplemente administrada por una sola gran firma? Las respuestas a esta pregunta son varias, una está relacionada al hecho que es esperable que los rendimientos marginales del emprendedor en su capacidad de organizar transacciones dentro de la firma comienzan a ser decrecientes en algún punto. La firma dejará de crecer, en teoría, cuando el costo de organizar una transacción dentro de la firma- costos que en gran parte son los que surgen por el malgasto de recursos en la asignación realizada por el emprendedor- es igual al costo de una transacción en el mercado abierto, es decir, en el sistema de precios. No parece descabellado asumir que cuanto mayor es el tamaño de la firma, mayor es la probabilidad que a esta le sea difícil no cometer errores en las tareas de organización de recursos dentro de la firma. Así es que, a medida que una firma crece, es esperable que los costos asociados con una mala asignación de recursos, por parte de los empresarios, crezca también.
El artículo tiene solamente diecisiete páginas y se mantiene luego de casi ochenta años como uno de los artículos más citados en economía. Es en gran parte por este artículo y por otro, en donde elabora en mayor profundidad esta idea llevándolo a hablar sobre los costos sociales, que Coase ganó el Nobel de economía en 1991. El artículo forma parte de las cosas escritas más importantes sobre economía en el siglo XX y resulta sumamente relevante hasta hoy en día en áreas tales como organización industrial. Ronald H. Coase pertenece , junto con Hayek y Schumpeter entre otros, a ese grupo de economistas que realizaron un gran aporte a la economía a través de artículos escritos prácticamente sin la presencia de matemática.
Fuente: Ronald H. Coase. The Nature of the Firm. Economica, New Series, Vol. 4, No. 16. (Nov., 1937), pp. 386-405.
que genial!
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